sábado, 7 de noviembre de 2015

Certamen: Día de muertos en Japón.

Los días marcados para honrar en masa a nuestros difuntos pasaron, me sostengo del olor a flores y de las noches tapizadas de luciérnagas  de cera y pabilos, del pan de muerto ¡Disfruto el pan de muerto! y el chocolate calientito en una buena tasa de barro; el olor del incienso, las calaveritas de azúcar, la fruta sobre el papel picado.

Deseé que no dejaran de verse nuestras ofrendas; tan repletas de significado y tan colmadas de recuerdos que más que un festejo para nuestros seres queridos es un abrazo algo efímero, algo insuficiente hacia uno mismo. 

Ahora, viene el fin de año, más festejos y un veloz lapso escurriéndose entre las manos pero, déjenme quedarme dos parpadeos más recostada entre el cempasúchil, salivando piloncillo,  vistando a mi Toñita, y mi Boli, y mi Virula, ¡Ay, Virula!,  ¡Virulita!

Debajo de este post les dejo, una imagen con motivo de esos días.  Al parecer quedó en tercer lugar en el segundo certamen “Día de muertos en Japón”, y esta actualmente expuesta en el Centro Cultural  Instituto Cervantes de Tokio.


 (Ilustración: Le Yad/Fotos: Comité de la Asociación de Mexicanos en Japón)




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